ESTA ES UNA DE LAS HISTORIAS QUE HAY DE ELEGUA;
Eleggua, como todos los orichas, es hijo de Obatalá y Yemayá. En la casa paterna, cuando Oggún abusaba de su madre, Eleggua mediaba para protegerla, por lo cual era objeto de los maltratos de su hermano mayor. Los actos fueron tan terribles, que desataron la furia de Obatalá. Oggún fue expulsado del hogar, pero además, sobre los futuros hermanos de Elegua se cernía un terrible destino,Obatalá condenó a muerte todos los hijos de Yemaya yembo que tuviese desde entonces.
Cuando Orula nacío Obatalá lo enterró al pie de la Ceiba para que muriese; pero Eleggua lo alimentaba, cuidaba y protegía, de modo tal que no murió. Obatalá, que había enfermado y perdido la memoria luego de enterrar a Orula, fue sanado tiempo después por Shangó.
En ese momento se arrepintió de su acción en contra de Orula y cuando se enteró de que Eleggua lo había salvado, su gratitud y alegría fueron inmensas.
También se relata como Eleggua salvó a Olofi de los Orichas que intentaban hacerlo huir de su palacio. Ellos, deseando poseer parte del poder divino que hasta ese momento era propiedad exclusiva de Olofi, idearon llenar su casa de ratones, única cosa a la que Olofi temía.Eleggua, que se encontraba en su lugar de siempre, detrás de la puerta, escucho estos planes y corrió al palacio de Olofi, donde espero la llegada de su hermano. Cuando estos soltaron a los roedores, Eleggua tranquilizando a Olofi, los devoro. El supremo concedió entonces a Eleggua la facultad de hacer cuanto le viniese en gana.
En ese momento, Eleggua ganó con Olofi,Obatalá y Orula suficientes privilegios para ser el primer Okana, primero en todo. Ningún Orisha lo precede por mandato de Olofi,quien sentencio:"siendo tú el mas pequeño y mi mensajero, serás el más grande en la tierra y en el cielo y sin contar conmigo no será posible hacer nada”. También le concedió Olofi que fuera saludado y que comiera antes que los demás Orishas; así como fuese el primero en entrar en la casa e incluso, el primero en hablar.
El incondicional compañero de Ochún. Es el inicio y el fin de todos los caminos, el nacimiento y la muerte, vigía del día y la noche, del bien y del mal. Es espía y mensajero de los dioses. Dios de los desvíos y las entradas, de los encuentros y despedidas, salvador de las esquinas los parajes solitarios y de las causas vacías.
La morada de Eleggua es una cazuela de barro. Los Elegguas de piedra se localizan en los sitios que marque la letra de Ifa, en el monte, en el río o en un cruce de caminos, seleccionado en esos lugares piedras con forma humanoide. Cuando el Eleggua es de cemento, la boca, ojos, orejas y naríz son hechos con caracoles cauri. La estructura fabricada por el babalawo ó Santero,contiene poderes de protección y ayuda para el iniciado.
LA ELAVORACION DE UN ELEGUA:
Los eleguas son fabricados con una carga mística donde el iniciado tiene que recolectar 21 tipos de tierras, oro, plata . El padrino pone los demas ingredientes que son aproximadamente 50 productos diferente entre ellos llervas ,palos,etc.Cuando el elegua ya esta montado se le entierra 3 dias en el monte;para que le entre la espiritualidad del santo.Despues de esto es que se le lava con omiero"mescla de 21 llervas y de mas ingredientes". Ahora ya esta listo para comer., se le sacrifica un gallo al muerto con una ofrenda de comida y demas; despues junto con los santos del padrino se le sacrifica 2 gallos javados y si es posible un chivo.
NOTA:ESTA ACLARACION DE COMO SE FABRICA UN ELEGUA ES POR QUE HOY EN DIA HAY FALSOS RELIGIOSOS QUE ESPECULAN CON LA RELIGION: ENGAÑANDO A SUS HAIJADOS Y ECHANDO POR TIERRA EL NOMBRE DE ESTA RELIGION YORUBA CONOCIDA COMO SANTERIA.
PATAKÍ DE AGGÚN
Ooggún nace de la tierra, él representa el hierro y yace también allí. Cuando los Orishas bajaron a la tierra fue él quien se encargó, empleando su machete, de allanar el camino y cortar los troncos y la maleza. Por su carácter impositivo, recio, fuerte, autoritario y violento, cometió abusos en su vida, que fueron fuente de sus desdichas.
Es hijo de Obatalá y Yemayá Yembó y era el encargado de ser la cabaza de familia mientras su padre, Obatalá, estuviese ausente. Esta alta responsabilidad parece haber influido negativamente en él. Creyéndose con tanta o más autoridad que su padre y con derecho a todo, trataba con despotismo a sus hermanos menores y acosaba sexualmente a su madre.
Ozun estaba supuesto a informar a Obatalá de los pormenores ocurridos diariamente en su ilé, pero por miedo, callaba las atrocidades de Oggún, con lo cual era premiado por éste con doble ración de comida. Por el contrario Eleggua, el menor de sus hermanos, se mostraba reacio a cumplir sus órdenes e interfeía en sus intentos de abuso sexual contra Yembó, por lo que le racionaba el alimento y en acasiones no le daba de comer. Obatalá se percataba de que algo extraño ocurría en su casa, de modo que un día regresó más temprano y comprobó sus sospechas.
Otro patakí relata este episodio de la vida de Oggún de forma similar. Viviendo Oggún en casa de sus padres, Obatal´y Yembó, se sentía enamorado de su madre, a la cual quiso violarla en varias oportunidades, siendo fustrado por Elegguá, quien lo vigilaba constantemente. Un aciago día al fin logró su propósito, y para su desgracia, Obatalá lo sorprendió en el acto.
La reacción de Obatalá fue violenta, intentó maldecirle, pero Oggún, que ese momento no comprendía la magnitud de su falta, no le dio tiempo y se castigó a sí mismo. Se condenó a no dormir ni de día ni de noche mientras el mundo fuera mundo “lo único que haré será trabajar para la Ocha ”, lo cual ha hecho desde entonces.
Obatalá condenó a muerte a todos los varones nacidos de su mujer desde ese día y cuendo enterró a Orula al pié de la Ceiba perdió la memoríia y emfermó.
Oggún trabajaba sin descanso pero con amargura. Se fue al monte sin más compañía que la de sus perros, escondiéndose de los hombres, y ningún Oricha que no fuera Ochosi, su hermano el cazador, consiguió verlo. Por aquel entonces ambos se encontraron en la manigua , mientras cada uno realizaba un Ebbó(ofrenda al todopoderoso para pedir la resolución de un problema); Ochosi realizaba el suyo porque en una época no mpodía acercarse a los animales que cazaba; Oggún, para solicitar la redención por la falta cometida. Mientras contaba a su hermano su problema, Ochosi cazó un cuervo, Oggún se ofreció y pudo traerlo donde estaba Ochosi. Desde entonces mantienen una relación de amistad muy cercana.
Porque Oggún, siendo dueño del hierro, y el único con aché para cortar el monte de Osaín y para dar alimento a los Orichas, puede alcanzar las presas que Ochosi caza.
Tiempo después Oggún casó con Oyá, pero siempre sintió gran desconsideración por todas las mujeres, incluyendo a su madre, razón por la cual en su matrimonio no reinebe la felicidad. Brusco, impositivo y dado a la bebida, infligía constantes maltratos a su mujer.
Cuando Shangó (nació después del abuso de Oggún para con su madre, y criado por Dada para evitar que Obatalá tomara su vida) alcanzó la madurez y se enteró de lo ocurrido, sintió un resentimiento terrible contra Oggún, sanó a su padre y se propuso perjudicar a su hermano. Aprovechó la atracción que Oyá sentía hacia él y en un guemilere, bailando al son de los tambores Batá, enamoró a Oyá, quien se dejó raptar por el atractivo y gallardo Oricha. Este hecho ocasionó una guerra terrible, de las más cruentas que vivió el reinado de Obatalá y Yembó.
Al verse burlado, e incapaz de ganar la guerra, Oggún se internó de nuevo en el monte, y se dedico a fabricar hierros y a regar Afoché(polvos de guerra) y Arayé(tragedia) sobre la tierra, por lo cual las penurias comenzaron a reinar en el mundo. Fue entonces que Ochún se dirigió al monte con el firme propósito de rescatarlo. Lo atrajo con su canto y lo hizo probar la miel de la vida. Oggún siguió trabajando, pero poco a poco fue perdiendo la amargura, no volvió a hacer afoché y el mundo se tranquilizó.
Al salir del monte, Ochún lo llavó hasta Olorum quien lo ató con una cadena enorme, pero esto fue un pretexto, pues para quedarse no había cadena más fuerte que la de la miel de Ochún.
Siendo dueñodel hierro, tiene una de las misiones más importantes dentro la religpion Yoruba, ser el Ochongun de todos los Orichas, el encarnado de darles de comer los animales cazados por Ochosi. En efecto, con el cuchillo de Oggún se sacrifican todos los animales de 4 patas por lo que esta herramienta ha pasado a ser la representación más importante de Oggún. La sangre que llena las soperas de otros Orichas cruza primero por Oggún. Su misión es la de guerrear por todos nosotros, tanto en la religión como en la vida eterna.
Oggún es brujo y, al igual que Shangó, lo demuestra en las guerras. El sonido del nombre de Oggún es un mantra significa guerra y destrucción, pero también medicina.
Espíritu de lo bueno y malo. Es un Oricha de ilé ikú y tiene mucho que ver con los Eggun, pues le gusta lidiar con los muertos y con la hechicería. Su esposa y compañera es Oyá, y por ganar el amor de ésta, guerreó con Shangó. Tuvo amores con Yemayá, a la que enseñó el arte del amor aprendido de Ochún. Vive en la tierra con Ochosi por mandato de Obatalá, al lado de la puerta de ilé para que no penetre nada malo a las casas. Por esto se saluda:”Maferefún Oggún Aguanile Aerere”.
Oggún, Oricha mayor, es, al igual que Shangó y Elegguá, violento y astuto. Es el rey y dueño de los minerales, la mantaña, y las herramientas, patrón de los herreros, mecánicos, ingenieros, químicos y de los soldados.
Representa el recolector, el cazador solitario y andariego que vaga por el monte. Como buen brujo conoce todos los secretos de éste. Simboliza al guerrero comedor de carne.
Brusco, áspero, descortés, rudo y violento, es el dueño de las llaves las cadenas, de las cárceles y de las armas. Sus días son los martes, miércoles y los 4 de cada mes. Es la personificación más antigua, arcaica y primitiva de los Yoruba. Debe ser saludado siempre que se tenga la oportunidad, de la siguiente manera: Oggún Kabú Kabú Ibaé.
Sus colores son negro y verde y a veces morado. Es el dueño absoluto de las vastas extenciones que limitan todo el monte.
Oggún esta su sincretismo católico es San Pedro.
PATAKÍ DE OCHOSI
Oricha mayor, hijo de Obatalá y Yemayé Yembó, protector de los que tienen problemas con la justicia, el mejor de los cazadores, adivino, guerrero, pescador, mago, brujo y hechicero. Con el nacimiento de Ochosi nace el refran Yoruba:”Para que el mundo sea mundo tiene que haber todo.”
A pesar de esto, Olodumare sólo le permitió usar sus artes de hechicero para el bien. En sus ceremonias se quema pólvora. Tiene que ver directamente con los mayomberos.
A pesar de ser buen cazador, en una época no podía llagar hasta las prasas que cazaba pues la espesura del monte se lo impidía. Desesperado, descorazonado y desalentado fua ver a Orula, el juez sabio y paternal, quien le aconsejó hacer un Ebbó para corregir el problema.
Igualmente Oggún fue a ver a Orunla, quien le indicó hacer un Ebbó para poder cazar en el monte. Así fue que ambos fueron al monte a cumplir con un Ebbó cada uno por su lado. En esta etapa Ochosi y Oggún eran enemigos.
Sin darse cuenta, Ochosi dejó caer se Ebbó encima de Oggún, quien reposaba recostado en un tronco. Tuvieron una fuerte pelea por el carácter violento de Oggún, pero Ochosi se disculpó y se sentaron a conversar tranquilamente y a contarse sus problemas. Mientras conversaban a lo lejos pasó un venado y rápido como un rayo Ochosi se incorporó, apuntó y soltó su flecha, que le atravesó certeramente al cuallo y lo dejó muerto. “Ya ves, suspiró Ochosi, lo puedo cazar, pero no lo puedo ir a buscar”, a lo que Oggún repuso “Yo no lo puedo cazar, pero lo puedo ir a buscar”. Tomó su filoso machete y en segundos abrió un camino hasta el venado. Partieron a la mitad la pieza de caza y convinieron en que era necesario que colaborasen, ya que sus habilidades no eran suficientes si actuaban por separado, no se encontraban completos. Por esto hicieron un pacto en presencia de Orunla, y es por esto tambíen que Ochosi, el cazador, siempre se encuentra junto a Oggún, el dueño del hierro.
Esta unión se representa en una de las herramientas del caldero de oggún, la cual es una flecha de ochosi.
Es además el salvador de Ochún Yalordé. Ella, triste y pensativa junto al río, vio pasar ante ella a su madre, Yemayá, en todo su esplandor, seguida por su séquito, con un pavo real Agüen cerrando el desfile. Obsesionada, Yalordé siguió al ave y se internó en el monte, donde Olosí(el diablo) podía hacerla víctima de sus tretas. A causa de ello perdió la cabeza, la corona y su título de reina. Ochosi, internándose en el monte, la salvó al mismo tiempo que le devolvió su corona y la hizo su mujer.
Otra de las obligaciones de Ochosi es ser el encargado de casar para que Olofi y Obatalá coman. El momento en el que Olofi comía era acto secreto, y sólo Ochosi podía tener conocimiento del lugar donde se efectuaba este acto.
Por tanto, para cazar las presas de Olofi debía levantarse muy temprano, lo cual hacía con gran fidelidad, sin revelar el secreto a ninguna persona. Sin embargo su madre, intrigada, sintió deseos de conocer cómo y dónde se realizaba esto. Siendo la curiosidad mala consejera, un día decidió seguirlo, para lo cual llenó su talego con cascarilla y le abrió un agujero, de tal suerta que dejase una huella muy clara de su itinerario. Una vez que Ochosi hubo cumplido su cometido, lo siguió hasta el sitio donde dejaba habitualmente los animales que cazaba. Allí absorbió la sangra, repitiendo esta misma operación durante varios días.
Al cabo de un tiempo, Olofi preguntó a Ochosi si alguien más sabía que él vivía allí, a lo cual Ochosi repuso, ignorando que su madre lo había seguido, que a nadie se lo había dicho. Olofi lo reconvino, diciéndole que alguien más lo sabía porque los animales no tenían sangre y le ordenó que averiguara quién era esa persona.
Ochosi, cumpliendo el encargo, comenzó a actuar sigilosamente. Observando cuidadosamente detrás de los arbustos para descubrir quíen se acercaba a los animales luego que los llevaba a la morada de Olofi. Pero su madre, observando que estaba tratando de descubrir al intruso o a la intrusa, no acudió esos días a tomar la sangre. Esto frustró los intentos de Ochosi, quien se encontraba molesto ante los reclamos y las dudas de Olofi, dado que él era un servidor ejemplar.
Incapaz de descubrir a la persona que había cometido el acto de infidelidad y de resolver el misterio a satisfacción de Olofi, cogió una flecha, la puso en su arco y la disparó hacia arriva diciendo:”Al culpable de lo que ha pasado esta flecha le parta el corazón”. Cuando llegó a su casa encontró a su madre, cuyo corazón había sido atravesado por la flecha que había lanzado al aire. Esta acción le ganó ser Dios de la justicia, porque por hacer justicia mato a su madre.
En los guemileres Ochosi baila con Ochún. Su número es el 3. sus días el lunes, martes, miércoles y el día 4 de cada mes. Con Ochosi se hacen Ebbó para salir bien de las operaciones quirúrgicas, pues el tiene, con INLE y Abbata una relación muy estrecha con los medicós en Ocha. Ochosi vive en las cárceles, y protege a las personas que tienen problemas con la justicia. Las ceremonias se hacen al aire libre, preferiblemente en el monte, ya que él vive dentro de éste y no le justa estar encerrado. A Ochosi es más eficaz trabajarle en la mañana, cuando sale de cacería.
Es un error penar que al recibirlo se podrá burlar la justicia. Quienes creen que pueden actuar impunamente bajo su protección ignoran que así como es capaz de librar de la cárcel a quien no la merece, del mismo modo mete en ella al que es culpable.
El collar de Ochosi se confecciona en azul oscuro Prusia y ámbar y se remata con 4 caracoles separados cada uno con 3 cuentas ámbar. En la antigüedad además de las cuentas y de los caracoles, se le incorporaban colmillos de leopardo y cuentas de coral. Si en plena ceremonia se le monta al santero, éste da gritos propios de levantar la caza EEE, EEE y su mímica es la propia de estos casos.
OCHOSI VISTE COMO Elegguá y Oggún, pues es un guerrero.
El sincretismo de Ochosi está representado en la religión católica por San Norberto y San Humberto.
PATAKÍ DE OZUN
Es un Oricha que actúa como mensajero de Obatalá, Olofi y Orula. En él se apoya para obtener sus poderes de adivinación y conocimiento real y trascendente. Es además el vigilante de la cabeza de los creyentes. No tiene collar ni mano de caracol.
Ozun, hijo de Obatalá, había sido nombrado por éste como vigilante de su hogar, donde vivía con su mujer Yemmú y con sus hijos: Oggún, Ochosi y Elegguá. Oggún por ser el mayor, tenía el mando, el cual ejercía en forma abusiva, y sus hermanos debían obedecerlo. Estaba además, obsesionado con su madre, y varias veces trató de violarla, pero Elegguá siempre le avasaba a Ozun, quien se presentaba y ponía en su puesto a Oggún. Por esto Oggún expilsó a la calle a Elegguá y le dio doble ración de maíz a Ozun, para que no lo denunciara con Obatalá.
Ozun comía y luego dormía, y Oggún pudo aprovecharse finalmente de su madre. Eleggúa ese día contó todo a Obatalá, quien no podía creerlo. Pero al día siguiente llegó más temprano. Obatalá encontró a Ozun dormido y a Oggún abusando de su madre. Reconvino a Ozun: “Confiaba en ti”, le dijo, -“Y te vendiste por maíz.” Desde entonces nombró a Elegguá como su vigilante, perdiendo Ozun el cargo.
Se representa como una copa metálica sobre un pedestal de base pesada y con un gallo en un eje perpendicular que se implanta en un recipiente tapado que contiene la carga mágica y rematado con la figura de un animal, que puede ser un gallo o un perro.
Los Ozun de Babalawo y de Oddúa tienen la estrutura de su dueño y tiene en el tope una paloma con las alas desplegadas, un gallo o un caballo de dos cabezas.
No es un Oricha de asiento sino de protección. El Ozun es la representación de las fuerzas cósmicas combinadas y usa todos los colores en la ceremonia de iniciación porque Ozun también quiere decir color. Esta ceremonia es muy privada y en ella se consagran también el caldero con los guerreros, que son las herramientas que representan a sus hermanos: Elegguá Oggún y Ochosi.
Representa la vida. No habla por el diloggún del caracol, pero acompaña obligatoriamente a los guerrero.
Se sincretiza en Oddúa con Dimas, el buen ladrón, porque ambos cometieron una falta de la que se arrepintieron posteriormente. Con San Manuel y con San Juan Bautista.
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